La chalina de la Esperanza, Perú, 2009 – 2010
Tomando como inspiración a Penélope, quien teje mientras espera a que Ulises regrese a casa, en octubre del 2009 nace La Chalina de la Esperanza como iniciativa artística para ayudar a visibilizar el drama de los desaparecidos, usando para ello un método de comunicación ancestral en el poblador andino: el tejido.
Originalmente se trabajó con familiares que habían sido víctimas directas de la violencia. Después, se incluyó a amigos, gente solidaria y voluntarios que tejieron con un solo propósito: llamar la atención de autoridades y población sobre los desaparecidos durante los años del conflicto interno (1980-2000). Cada tejedora tenía libertad absoluta para interpretar su espacio de memoria y podía escoger el color y la técnica, introducir frases, nombres o fotos del familiar desaparecido. Gran parte del trabajo se desarrolló en Ayacucho, el departamento que más sufrió los largos 20 años de violencia, pero también participaron personas de Lima, Áncash, Ucayali, Puno, La Libertad, así como Argentina, Reino Unido, Japón, Canadá, Colombia, Bélgica y Estados Unidos.
A lo largo de los tres años de proyecto, se registraron las diferentes etapas de creación de la chalina: hilado, ovillado, cosido, hasta la elaboración de 1,000 metros de tejido en los que los familiares expresan sus esperanzas de reparación y justicia.
Actualmente en exhibición en el Museo de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM) en Lima, Perú. (https://lum.cultura.pe/)